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2006-07-04 Yo de mayor quería ser como Cartier-Bresson....
...hasta que casualmente descubrí a Elliot Erwitt, en mi última visita a la tienda del Reina Sofía. Lo de última literalmente, ya que la cerraron pocas semanas después, y estaban de liquidación, por lo que pude hacerme a buen precio con EE 60/60, el catálogo de la exposición que hubo sobre este fotógrafo en 2002. Tengo que reconocer que, aparte un puñado de los grandes nombres, mi desconocimiento sobre fotógrafos es bastante amplio, y aunque después descubrí que es considerado uno de los Grandes, Elliot Erwitt no me sonaba de nada. Pero fue ojear este libro y quedarme prendado de sus imágenes ("anda, si es el tipo de la foto del chihuahua").
En referencia al título de esta entrada, me encanta Cartier-Bresson (sí, es uno de los del puñado que conozco). Esa capacidad de captar el momento justo, de registrar el instante preciso que convierte una escena cotidiana en algo memorable y digno de ser admirado, ese convertir a un señor saltando un charco en una obra de arte e inmortalizarlo, se aproxima mucho a lo que (salvando las enormes distancias) me gustaría hacer de mayor.
Pero es que Erwitt tiene ese don del momento justo, y además, lo acompaña de un excepcional sentido del humor y de la ironía.
Hijo de emigrantes rusos, Elliot Erwitt nació en París el 26 de julio de 1928, y pasó casi toda su infancia en Milán, hasta que al estallar la guerra su familia emigra a Nueva York en 1939, y recala en Los Ángeles en 1941. Empieza a interesarse por la fotografía en su adolescencia, y compagina sus estudios en el instituto con un trabajo en un laboratorio fotográfico de Hollywood (apuntar que la famosa foto del chihuahua es una de sus primeras, de 1946. Con tan sólo 18 años ya empezaba a definir claramente su estilo). Comienza su carrera profesional en 1949, tras un viaje por Italia y Francia, y después de su estancia en el ejército (dentro del cual fotografía Nueva Jersey, Alemania y Francia), y ya con un premio de la revista Life en su haber, entra en 1953 en la agencia Magnum de la mano de Robert Capa, con quien había compartido estudio en París unos años antes. Entre sus mentores de esa época se encontraban también Edward Steichen y Roy Striker, director de la División de Información de la FSA (Farm Security Administration) (algún día hablaremos con más detalle de Striker y la FSA). Ha sido presidente de Magnum en tres ocasiones, y desde los 70 también ha realizado o sido productor de diversos documentales y comedias para televisión.
Con casi 80 años, 20 libros de fotografías y múltiples exposiciones que han viajado por medio mundo, Elliot Erwitt sigue en activo, y además de su trabajo para Magnum, realiza por encargo reportajes publicitarios, de moda y fotografía industrial.
Aunque lo habitual es que las imágenes de Erwitt lleven a la sonrisa, sería un tremendo error encorsetarlo como un fotógrafo "divertido". Realmente, el sentido del humor que destilan muchas de sus imágenes es una faceta más de su maestría en captar desde una visión casi siempre optimista las emociones humanas más básicas y simples (en el buen sentido de la palabra). Así, su obra tiene un amplio abanico de registros, que va desde la ternura más empalagosa, como la foto de su primera esposa e hija (una de las que incluyó en la exposición colectiva The Family of Man, de la que también escribiremos algún día) (Erwitt, por cierto, se ha casado cuatro veces, la última con una cineasta que se enamoró mientras hacía un documental sobre él), hasta el drama sin concesiones, como la foto de la madre de Robert Capa en la tumba de su hijo, o la de Jaqueline Kennedy en el funeral de J.F.K., pasando por la denuncia social de la norteamérica de los 50. Y los perros. Erwitt es un fantástico fotógrafo de perros, a los que capta con la misma naturalidad y elegancia que a los humanos. Según dice la entrevista de su página web, no retrataba perros de forma consciente, simplemente hacía fotos de las cosas que le parecían interesantes, hasta que se dió cuenta de que en muchas de ellas salían perros, y pensó que, si había suficientes fotos buenas, podría hacer un libro sobre perros. Ya lleva cinco y una exposición temática, To the dogs.
Un detalle curioso es que nunca pone títulos a sus obras, tan sólo el lugar donde la tomó, y el año. Cuando se trata del retrato de alguna personalidad pública, añade el nombre del retratado, pero nada más (hmm, no he nombrado los retratos. Erwitt es también un muy buen retratista, y ha fotografiado, por ejemplo, a Simone de Beauvoir, Nikita Khrushchev, Marilyn Monroe, el Che Guevara, e incluso a Arnold Schwarzenegger, entre otras muchas personalidades). Este de los títulos es un detalle interesante: la imagen se define a sí misma, no necesita de un título que nos sitúe y nos predisponga antes de observarla.
Yo de mayor quiero ser como Elliot Erwitt.
Web oficial de Elliot Erwitt (en Flash). No se pierdan, en Portfolios, los phototoons (la foto que ilustra la entrada puede apreciarse con más detalle aquí).
Portfolio en MagnumPhotos.com, con unas 3.000 imágenes. Para disfrutar con calma.
Extenso y muy interesante artículo sobre Erwitt, en The Guardian
No estoy seguro de si llevo mi cámara para hacer fotos o es una especie de protección, como una manta que nos hace sentir seguros cuando somos niños. Llevar la mantita cuando ya somos mayores no es muy práctico, pero una cámara pequeña es fácil de llevar.
Elliot Erwitt
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Comentarios
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muy buen articulo..y te doy las gracias por que acabo de descubrir un genio...
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Luis, muchas gracias por el comentario. Y me alegra tu descubrimiento: si este blog ha servido para que alguien descubra a Erwitt, ya ha valido la pena :) |